La Costa Verde y la larga espera de su puesta en valor
La bahía de Lima le pertenece a la ciudad y no solo a los distritos ribereños, en consecuencia su gestión debe apuntar a criterios metropolitanos.
Entre las capitales de Sudamérica, Lima es la única que tiene el privilegio de tener salida al mar, contando con una franja costera de casi 110 km, que van desde Ancón hasta Pucusana y con una bahía central de impresionantes acantilados, que le dan una particularidad singular a su costa.
A pesar de estos importantes atributos, la puesta en valor y desarrollo ordenado de la Costa Verde, sigue teniendo un rumbo incierto, ya que la ciudad carece de una clara visión, de crear un gran espacio público, que serviría para el goce y disfrute de sus ciudadanos, así como también para darle un uso turístico al borde costero limeño.
Es la falta de esa visión de ciudad, que ha devenido en experiencias negativas como la del ex-Alcalde de Barranco Martín del Pomar, que consideraba que la Costa Verde era un recurso que debía ser rematado y lotizado a los empresarios, sin importarle el uso de un bien público patrimonial de la ciudad, o decisiones torpes como la del ex-Alcalde Pablo Gutiérrez que dinamitó los cerros de Chorrillos, alterando las corrientes marinas y destruyendo así la famosa playa de La Herradura.
Después de esas desastrosas experiencias, se está llegando a un consenso entre expertos y ciudadanos, que postulan la necesidad de que la Costa Verde, se convierta en el gran espacio público, que posibilite el acceso al mar a los casi 10 millones de limeños, eso significa que lo comercial e incluso el aspecto vial, pasen a un segundo plano, privilegiándose la creación de espacios públicos de los que carece Lima.
En la actualidad el ente responsable de la gestión de la Costa Verde es la Autoridad del Proyecto Costa Verde (APCV), que fue creada en octubre del año 1995 bajo la Ley 26306, la cual está integrada por representantes designados por los Alcaldes de los 6 distritos de la Costa Verde, que son San Miguel, Magdalena del Mar, Miraflores, San Isidro, Barranco y Chorrillos, del mismo modo por un representante del Alcalde Metropolitano y por un representante de Invermet.
En primer lugar se evidencia que prácticamente ésta es una autoridad de carácter político, que ha dejado de lado a otros importantes actores, que podrían decidir sobre el desarrollo de la Costa Verde, como los representantes del Colegio de Arquitectos, Urbanistas o del propio Mincetur que le darían una visión turística.
Por otra parte también se evidencia que lamentablemente las acciones de la APCV han fracasado, al no existir un trabajo conjunto y articulado entre los miembros, al observarse por ejemplo distritos que tienen más desarrollados sus espacios costeros que otros, es decir que cada uno aplica un criterio diferente y con frecuencia promueve o permite el mal uso de la Costa Verde, como es el caso de los edificios que sin licencias han invadido los acantilados del distrito de Barranco.
Por último, existe un grave conflicto de competencias entre las Municipalidades distritales y la Municipalidad Metropolitana de Lima, cuando vemos que los distritos se oponen a alguna obra que quiere ejecutar ésta o viceversa, postergando así el desarrollo de la Costa Verde.
Creación de una Autoridad Autónoma
El modelo de gestión actual, de la Autoridad Proyecto Costa Verde, conformada por representantes de los 6 Alcaldes distritales, de un representante la Municipalidad Metropolitana de Lima y de un representante de Invermet ha fracasado, ya que está concebido con un criterio de delegaturas para salvaguardar intereses distritales. Sin embargo, la bahía de Lima le pertenece a la ciudad y no solo a los distritos ribereños, en consecuencia su gestión debe apuntar a criterios metropolitanos. Por lo que la gestión de la Costa Verde, debe pasar a corresponder a una Autoridad Autónoma, que tenga por finalidad el desarrollo y la gestión sostenible de este privilegiado espacio de Lima sin las trabas burocráticas actuales.
A su vez las acciones que realice esta nueva Autoridad Autónoma, debería tener un Plan Maestro para la Costa Verde, que contemple básicamente 3 aspectos: el político, el técnico y el de sostenibilidad. El componente político estaría dado por la decisión y voluntad política por parte del estado para promover el desarrollo de la Costa Verde, la decisión de carácter técnico tiene que significar obras que no necesariamente pertenezcan a un distrito, sino que por el contrario se trabaje con criterios globales e integrales y el componente de sostenibilidad significa establecer la forma en que la Costa Verde pueda tener una continuidad en el tiempo pudiéndose autogestionar, para lo cual se deben definir detalladamente qué tipo de actividades son compatibles con el uso que se le va dar a la Costa Verde.
Por otro lado es necesario establecer urgentemente un plan de seguridad, que contemple la eventualidad de tsunamis, y la ocurrencia de otro tipo de desastres.
El mar de Lima más allá de la Costa Verde
Para la puesta en valor de la Costa Verde, se debe convocar a un Concurso Público Internacional, en el que puedan participar diversas consultoras especializadas en proyectos de ciudades y espacios públicos. Asimismo, es necesario tomar como referencia ejemplos exitosos de ciudades, que han sabido desarrollar sus bordes costeros e incluso sus ríos, para el disfrute de su población como Bilbao con su rio en la Región del País Vasco en España, Puerto Maderos en Argentina, el desarrollo del borde costero de Barcelona o el desarrollo del Rio Guayas en Guayaquil.
Finalmente luego del primer paso de poner en valor la Costa Verde, debe mirarse el litoral de Lima en general, integrando las playas de los demás distritos, que van desde Ancón hasta Pucusana. Teniendo así la visión de que Lima tiene que ser una ciudad que no esté de espaldas al mar, sino que por el contrario aproveche esta ventaja comparativa, que nos ha dado la naturaleza, sobre las demás capitales.